Seguimos construyendo la dimensión vertical de nuestro sistema de productividad personal, viendo como dar forma a la Visión, el Horizonte 4 de perspectiva de la metodología GTD (Getting Things Done), o los 12000 metros de altura, atendiendo a la analogía que David Allen hace con el avión en vuelo.
Qué es la Visión
Aquí volvemos a encontrarnos con un horizonte de perspectiva un tanto abstracto, al igual que comenté con el Horizonte 2 (Áreas de responsabilidad), puesto que de nuevo, no se trata de definir cosas concretas como tareas, acciones u objetivos, sino que se trata de visualizarte a ti mismo en un futuro, no muy lejano (entre 3 y 5 años). Dice David Allen que la pregunta que debes hacerte en este horizonte de perspectiva es «¿qué aspecto tendrá, cómo sonará, cómo sentiré el éxito a largo plazo?». Yo propongo la siguiente ¿cómo te imaginas en el futuro, cómo te sientes al haber alcanzado las metas que te habías marcado?, porque eso de ¿cómo sienta el éxito?, además de parecerme bastante pretencioso, me parece que es añadir una dificultad más para dar forma a un horizonte, que como ya he mencionado requiere de una capacidad de abstracción que no a todo el mundo le resultará sencilla alcanzar. Y es que el éxito es algo muy relativo, puesto que cada persona tendrá diferente percepción de lo que para ella significa tener éxito.
Esto no es más que un ejercicio de imaginación, con el que además ejercitarás tu creatividad, en el que simplemente se trata de visualizarte a ti mismo en el futuro, imaginando que has conseguido alcanzar los objetivos y metas que te propusiste en tu anterior nivel de perspectiva (Horizonte 3. Metas y Objetivos) y que tomes conciencia de cómo te hace sentir haber alcanzado esos logros que te habías propuesto.
Cómo damos forma a la Visión
Si no sabes ni como empezar con ello, aquí van algunas pautas que te pueden ayudar. Yo te recomiendo que lo realices en un entorno lo más aislado y relajado posible, donde no vayas a ser molestado en el rato que estés dedicando a este ejercicio, lo mismo puede ser una habitación, que un despacho, o al aire libre en un parque o espacio natural en el que te sientas cómodo. Es recomendable que dispongas de papel y lápiz, para poder tomar notas de tus impresiones. Siéntate con la espalda erguida, no es necesario que adoptes la posición de loto ni nada parecido, basta con que te sientes en una silla con los pies apoyados en el suelo y la espalda erguida, se trata de estar relajado, pero no tanto como para quedarse dormido. Cierra los ojos o fíjalos en un punto a unos metros de ti y deja volar tu imaginación, visualízate en unos 3 o 5 años habiendo alcanzado tus metas, dónde estás, qué haces, qué sientes, qué sensaciones tienes…, toma conciencia de todo ello durante unos minutos (esto en función de cada uno puede variar, yo diría que algo normal puede estar entre 5 y 20 minutos). Una vez que has terminado, toma las notas que consideres oportunas y reflexiona sobre ello. ¿estabas donde querías y haciendo lo que querías? ¿te sentías bien? a gusto contigo mismo y con tu entorno, relajado, feliz… O por el contrario tus sensaciones no han sido buenas, si es así, quizás deberías revisar tus anteriores horizontes de perspectiva y realizar los cambios o ajustes necesarios, ya que de eso trata todo esto, de ir alineando nuestros horizontes de inferior nivel, centrados en el corto y medio plazo, con los horizontes orientados al largo plazo.
Cómo puede ayudarme la Visión
La visualización no es un invento de David Allen, la visualización es una técnica muy utilizada para muy diversos fines, en psicología es utilizada como terapia para combatir el estrés y la ansiedad, los budistas llevan siglos utilizándola como técnica de meditación e introspección, es muy utilizada como técnica de relajación y también como técnica de creatividad, es utilizada por deportistas de elite en todo el mundo porque es una poderosa herramienta de motivación y una excelente manera de ayudar a nuestra mente a establecer los mecanismos necesarios, para convertir en realidad los objetivos fijados, además de todo esto, como ya hemos visto, aplicado a GTD nos ayuda a alinear nuestros horizontes de perspectiva.
Esto es todo por hoy, en la siguiente entrada revisaremos el último horizonte de perspectiva de la metodología GTD, el Propósito.
Si te ha gustado te sugiero que te suscribas y compartas en redes sociales, también puedes compartir tus opiniones, experiencias o consultas en los comentarios que encontrarás al final de esta entrada.
Gracias y hasta pronto.